El hombre rico visitaba la tumba de su hija todos los fines de semana, hasta que un día, de repente, apareció una niña pobre. Señaló la lápida y, con toda naturalidad, dijo: —Señor… la muchacha que está aquí vive cerca de mi casa. El hombre, sorprendido y sin pensarlo dos veces, siguió a la niña apresuradamente, y fue entonces cuando quedó completamente impactado al descubrir que…