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A 50 años, el incidente OVNI de “Fire in the Sky” sigue marcando a un pueblo de Arizona

Las pequeñas comunidades de Heber y Overgaard se han convertido en puntos clave del turismo alienígena.


“La tontería de salir corriendo hacia eso, asumiendo que despegaría antes de que yo me acercara demasiado… ese fue un gran error que provocó un enorme desvío en mi vida”, dice Travis Walton.

“Para ser sincero: ojalá nunca hubiera pasado”.

Han pasado 50 años desde el “gran error” de Walton, cuando se convirtió en la figura central de una de las historias de abducción extraterrestre más famosas del mundo: el llamado evento “Fire in the Sky”.

El incidente

Cinco décadas después, creyentes y escépticos siguen debatiendo qué ocurrió en el Bosque Nacional Apache-Sitgreaves, en el centro de Arizona, el 5 de noviembre de 1975.

Una cuadrilla de siete hombres estaba terminando una jornada normal en un contrato de tala cerca de Turkey Springs. Al terminar el turno, subieron a la camioneta y comenzaron el camino de regreso al pueblo. Mike Rogers, el jefe de la cuadrilla, iba manejando cuando vieron la nave.

“Doblamos en una curva y se abrió la vista hacia un claro, y ahí estaba esa cosa, un OVNI… Era un objeto ovalado, tridimensional, con partes más claras y otras más oscuras; parecía tener como una estructura”, recuerda Rogers.

Según su relato, detuvo la camioneta y Walton se bajó y caminó rápidamente hacia el objeto, que flotaba a unos 4.5 o 6 metros del suelo. La cuadrilla le gritaba que no se acercara. Rogers cuenta que escuchó un fuerte retumbo y sonidos penetrantes, antes de ver a Walton ser alcanzado por un “rayo de energía”.

“Fue un rayo directo, recto, y le pegó en la cabeza y el pecho, lo lanzó hacia atrás. Cayó a unos 3 o 4 metros de donde estaba parado. En ese momento nos dio tanto miedo que pisé el acelerador”, dice.

De acuerdo con Rogers, huyeron del lugar antes de asimilar que dejar a Walton no había sido lo correcto. Les dio la opción a los demás de regresar con él o bajarse y esperar en medio del bosque. Todos decidieron volver. Entre los árboles, vio una luz elevarse y luego salir disparada. Al regresar al sitio, buscaron a Walton.

“Recorrimos todo el claro, gritando su nombre, y no lo encontramos por ningún lado”, relata Rogers.

Al no hallar rastro alguno, fueron al pueblo para avisar a las autoridades, y esa misma noche comenzó la búsqueda oficial.

En los días siguientes, lo que empezó como chismes de pueblo pequeño se convirtió en un frenesí mediático nacional. Circularon teorías de secuestro o de encubrimiento de un asesinato.

Walton estuvo desaparecido cinco días antes de reaparecer, cuando hizo una llamada por cobrar desde una caseta telefónica en Heber a casa de su hermana. Cuando su hermano fue por él, Walton no recordaba nada y ni siquiera sabía que había estado desaparecido cinco días.

“Eso me pegó muy fuerte, preguntándome qué había pasado”, dice Walton.

Poco después de reaparecer, se sometió a hipnosis regresiva y a evaluaciones psiquiátricas y médicas, incluidas pruebas de drogas y alcohol.

“Al principio era totalmente incapaz de hablar del tema… estaba tan traumatizado que ni siquiera podía decirle a mi hermano qué había pasado”, explica, aunque cree que la hipnosis le ayudó a comunicar la experiencia.

“Me convertí más en un observador de lo que pasó que en quien lo vivió… eso me separó un poco de la experiencia y así fue más fácil hablar de ello después”, añade.

Incluso los escépticos no pueden negar el impacto que el presunto incidente ha tenido en estos 50 años. La experiencia de Walton generó titulares nacionales, conferencias, documentales, libros, episodios de pódcast, una película ( Fire in the Sky, de 1993) y, más recientemente, un evento por el 50 aniversario organizado por su familia.

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El pueblo

La experiencia OVNI de Travis Walton no solo cambió su vida para siempre; también moldeó a las pequeñas comunidades de Heber y Overgaard. Para bien o para mal, depende de a quién se le pregunte.

Los pueblos vecinos de Heber y Overgaard, conocidos en conjunto como Heber-Overgaard, están a unas dos horas y media al noreste del Valle, cerca del Mogollon Rim. La gente va a pescar, a hacer senderismo y a pasear por las pequeñas tiendas de recuerdos y antigüedades de la zona.

Y desde el incidente de 1975, ha llegado un nuevo tipo de turista: el fanático de los extraterrestres.

“A algunos locales quizá no les guste, pero atrae gente y pone al pueblo en el mapa”, dice Walton.

El lugar se volvió un referente de la cultura pop con la película Fire in the Sky de 1993. Aunque Walton tuvo una breve aparición y fungió como consultor, sintió que la representación no fue precisa, especialmente en lo relacionado con el encuentro extraterrestre.

“La primera vez que leí el guion, la parte de mi experiencia dentro de la nave no estaba. Y cuando vi lo que hicieron con eso, no representaba para nada lo que pasó”.

Sea fiel o no a la experiencia de Walton, la película solo intensificó el interés del público en la zona.

Según comerciantes locales, el incidente atrae regularmente turismo de entusiastas de los OVNIs desde lugares tan lejanos como Europa y Australia. Un negocio local, Fyre in the Sky Smoke Shop, se metió de lleno con el tema. El restaurante Red Onion vende playeras de aliens. Incluso la Cámara de Comercio de Heber-Overgaard decidió abrazar la leyenda local vendiendo artículos temáticos, como el libro de Travis Walton, DVDs y hasta una mezcla de especias llamada “Alien Rub”.

Algunos puntos del pueblo son muy populares para tomarse fotos, incluido el bosque y el llamado “Sitio del Rescate de Travis Walton”, junto a la llantera Heber Tire Shop. Es la caseta telefónica real desde donde Walton pidió ayuda; cuando demolieron la gasolinera donde estaba originalmente, la trasladaron a su ubicación actual. La caseta está junto a un mural sobre abducciones y a unas figuras de aliens talladas en madera y pintadas de verde brillante, hechas al otro lado de la calle en Wild Woods LLC.

John Velasquez, dueño de Wild Woods LLC, tiene muy buenas ventas de esculturas de aliens hechas por talladores campeones. Recuerda que cuando un tallador propuso hacer figuras de extraterrestres, el dueño anterior rechazó la idea, hasta que se dio cuenta del potencial comercial. Hoy son un básico de la tienda.

“Siempre estamos haciendo nuevos lotes”, dice Velasquez. “Hace como mes y medio hizo entre 12 y 15 aliens. Vendimos casi un tercio antes de que siquiera estuvieran pintados”.

Estas distintivas figuras de madera fueron uno de los atractivos para la residente Kathryn Blowers, quien admite que el incidente de Walton fue la razón principal por la que se mudó a Heber.

“Tuvimos algunos encuentros tipo OVNI viviendo en Phoenix y queríamos entender por qué… Arizona en general tenía tantas experiencias OVNI… vimos las tallas de aliens por todo el pueblo y supimos que este lugar era para nosotros, y realmente lo es”, comenta.

Kevin Nettles, fabricante de metal y artista, dedicó el exterior de su casa a arte inspirado en extraterrestres como muestra de apoyo. La “Casa Alien” está a solo unos kilómetros de la entrada al Bosque Nacional Apache-Sitgreaves.

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“Ya había escuchado la historia de Travis Walton, y vi gente vendiendo tallas de aliens aquí, y pensé: voy a encajar perfecto. Voy a ser la casa alien. Hice el letrero y puse cosas de extraterrestres. Es mi forma de mostrar orgullo por el pueblo”.

Más allá del turismo local, otros artistas visuales también se han sentido intrigados e influenciados por los relatos de la abducción de Walton, convirtiéndolos en un tema recurrente.

La tatuadora y artista del norte de Arizona Kat Richards, conocida como Miss Kitty, se interesó desde joven por lo paranormal, en especial por los OVNIs. La historia de Walton la sigue inspirando; el logo de su negocio es un platillo volador con un rayo tractor. Clientes de todo Estados Unidos le encargan tatuajes con temática alienígena.

“En el fondo me encantaría ser una artista muy respetada, de alto nivel, que solo hiciera hermosas pinturas al óleo de desnudos y naturalezas muertas”, comenta. “Pero si soy fiel a mí misma, lo que quiero es crear arte centrado en platillos voladores, abducciones alienígenas y temas paranormales”.

Richards creó la ilustración de portada de este artículo y está fascinada con el incidente de Walton.

“Creo que es una de las historias de abducción más convincentes, sobre todo porque todos se sometieron a pruebas de polígrafo y las pasaron, excepto una que quedó inconclusa. Eso le da mucha credibilidad a todo el caso”, opina.

El legado

Y esa sigue siendo la gran pregunta: ¿la historia de Walton es verdadera?

Cuando pedimos opiniones en grupos locales de Facebook, las respuestas mostraron las fuertes emociones que el tema aún provoca entre los habitantes de Heber y Overgaard. “Fraude”, respondió alguien de forma tajante. “Walton es un drogadicto que se perdió en el bosque. Se inventó la historia. Los que somos de aquí sabemos que es un gran mentiroso”, escribió otro.

Una mujer comentó: “Creo que la controversia y las emociones tan fuertes reflejan el incidente, sea cierto o no, y crean una división entre los habitantes que todavía existe”.

Incluso Mike Rogers, testigo ocular y quien se describe como racional y realista, subrayó la diferencia entre su punto de vista y el de Walton.

“Yo creo en los OVNIs. Pero lo importante aquí es que nadie, ninguno de nosotros excepto Travis, vio que se lo llevaran. Así que no puedo decir categóricamente que Travis Walton fue abducido”.

Aun así, Rogers mantiene firmemente su testimonio de haber visto la nave y el “rayo” que golpeó a Walton antes de huir.

“El hecho es que no vimos cómo se lo llevaban, pero eso no significa que no haya pasado. Solo significa que no lo vimos”.

Walton acepta el diálogo constructivo con escépticos, aunque considera que sus argumentos siempre se quedan cortos. Sobre los comentarios negativos recientes en internet, responde:

“La mayoría de los comentarios en línea son positivos, de personas que sí me conocen. Los más negativos vienen de quienes no me conocen y no tienen la menor idea de hechos básicos e indiscutibles, como lo que hizo y dijo la oficina del sheriff.

“Es mi deber ser responsable y decir la verdad”.

Una teoría común entre los escépticos es que todo fue un montaje para librarse de un contrato de tala en el que iban retrasados. Walton responde que normalmente se otorgan extensiones por cuestiones como el clima, y que el trabajo ya estaba casi terminado.

Hablando de árboles, Rogers señala cambios físicos en los árboles como una de las pruebas más fuertes de que el incidente ocurrió como lo describieron.

“Conocía bien esos árboles y sabía qué tan rápido crecen, y estos eran mucho más grandes de lo que deberían haber sido en ese lapso”, afirma.

Alega que los árboles más cercanos al lugar donde vieron el OVNI crecieron mucho más rápido de lo normal. Investigadores han observado un patrón similar en pinos expuestos a radiación cerca de Chernóbil, en Ucrania.

“No sé si sea una especie de respuesta de cicatrización o si estimula el crecimiento de otra forma. No lo sé”, especula Walton. “Pero es interesante poder compararlo con otro caso conocido donde los pinos expuestos a radiación tuvieron un efecto similar”.

Otros elementos que alimentan la idea del fraude: dos semanas antes de la desaparición de Walton se transmitió una película para televisión sobre una abducción, The UFO Incident. Walton asegura que en esa etapa de su vida no buscaba información sobre OVNIs.

Algunos escépticos dicen que Walton era alcohólico o drogadicto y que su “abducción” fue producto de estar borracho o drogado, algo que él niega.

“El examen toxicológico del forense del condado de Maricopa no encontró rastro de ninguna droga en mi cuerpo”, afirma.

Otro punto de debate son las pruebas de polígrafo realizadas por un examinador del Departamento de Seguridad Pública de Arizona. Los seis testigos y Walton se sometieron a las pruebas tras su reaparición. Todos las pasaron, excepto una que fue declarada “inconclusa”, porque uno de los miembros no terminó el examen, aunque todas las respuestas que dio antes de detenerse resultaron veraces. Más tarde, esa misma persona repitió la prueba y la aprobó.

Algunos miembros de la cuadrilla se hicieron pruebas adicionales y las aprobaron de forma consistente, al igual que el hermano y la madre de Walton, quienes fueron acusados de ser cómplices.

Hay muchos que, como dirían en The X-Files, “quieren creer”. El capítulo de Arizona de MUFON declaró: “Travis Walton es muy respetado por investigadores de OVNIs en todo el mundo y ha mantenido su relato a lo largo de los años sin levantar sospechas. Su caso se fortalece por la verificación sin precedentes de seis personas que aprobaron múltiples pruebas de detector de mentiras, con probabilidades casi nulas de resultados falsos… Es uno de los casos de abducción o contacto más sólidos jamás registrados”.

El impacto cultural del incidente ha evolucionado con el tiempo. Hoy, con 72 años, Walton reconoce que su perspectiva es distinta a la que tenía a los 22.

“Con el tiempo entendí que todo pasó solo porque fui lo suficientemente imprudente como para bajarme”, dice.

Agrega que antes sentía enojo, pero ahora tiene otra visión.

“En lugar de llevarme y tirar mi cuerpo en algún lugar remoto, dejar que la cuadrilla cargara con una acusación de asesinato, hicieron el esfuerzo extra de restaurarme y devolverme a un lugar donde pudiera recibir ayuda. Para mí, eso dice mucho sobre si tenían o no malas intenciones”.

Durante el evento del aniversario en noviembre, organizado por su familia en Overgaard, Walton se mantuvo firme en su versión. Aunque él no planeó el evento, participó a lo largo del día por petición de su familia. Hubo recorridos al sitio de la abducción, una proyección de Fire in the Sky, una sesión de preguntas y respuestas con Walton y una presentación especial de The Figs, una banda formada por algunos de sus hijos, nueras, yernos y nietos. Walton incluso cantó en un par de canciones.

Asistieron personas de todo el estado. Durante el recorrido, Walton señaló puntos clave del lugar. A lo largo del tour y la proyección, se le notaba incómodo en ciertos momentos, con el cuerpo tenso y la voz a ratos baja y temblorosa.

Walton explicó que este evento fue distinto a otros en los que ha participado, ya que estar en el sitio real le trajo muchos recuerdos que normalmente mantiene separados.

“Este incluyó visitar el lugar, y eso fue muy intenso para mí; me removió muchas cosas”, dice.

La gente se le acercaba constantemente. Él accedía a saludar, dar la mano y tomarse fotos. Aunque esta atención no es nueva, asegura que no le afecta el ego.

“No creo que lo que viví me haga especial; soy solo una persona común tratando de salir adelante”, afirma.

Aunque el evento del 50 aniversario no fue idea suya, siente que le dio un cierre a la experiencia que cambió su vida.

“Fue un evento que me dio un poco de paz y cierre”.

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